Un extraño objeto impedía la apertura de la puerta del garaje, un tablero de oui-ja parecido a un parchís. Resuelto el contratiempo deciden quitarse el polvo del camino con un baño en el río. Pero no tienen bañadores... El tablero de Oui-ja. El baño. Segunda entrega. —Esta noche podemos tratar de comunicarnos con algún muerto —propuso Quique. Nuria que se había atrevido a tocarlo retiró la mano bruscamente y dio un paso atrás al oír lo planteado por Quique. Precipitadamente todos se arremolinaron en torno a él que, ignorando la evidente repulsa que le producía a Nuria, sacó de la caja un tablero de plástico color crema, poco coherente con las tétricas cualidades que se le atribuían y en el que figuraban letras números y algunas expresiones coloquiales básicas. Sacó también un aro de plástico negro que en una de sus caras llevaba incrustadas cinco bolas de acero para que se deslizara con más facilidad. El color del tablero hizo que Nuria relajara su posición. —Parece un parchís rar