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Mostrando entradas de agosto, 2018

Un magnífico despertar

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No sé por qué habrán venido mis parientes Me encuentro bien, no me duele la espalda, como todos los días al levantarme; no siento la acuciante sed de todas las mañanas; no siento la artrosis en mis dedos; no toso; los ojos no me escuecen; no tengo ni frío ni calor; ni me acucia la urgencia por orinar. Aunque hace tiempo que me abandonó el sueño reparador, hoy me encuentro lúcido y despejado. Hasta las preocupaciones desaparecieron. En definitiva: me siento feliz. Sin embargo mis parientes, no sé por qué habrán venido, no cesan de llorar a mi alrededor, aunque no parece que me vean. Este microrrelato: " Un magnídico despertar" ,  ha sido seleccionado y publicado en el número 9 de la revista mexicana "La sirena varada" (pág. 148) Ir a La Sirena Varada ›           Encuentra respuestas a tus dudas Comprimidos para la memoria o recuerdos comprimidos.  (La verdad es que no me acuerdo).     Alberto Giménez (Valencia 1952), abogado jubila

Un Bourbon doble y una rubia simple

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Esta historia que os presento a continuación, 'El personaje', recibió el segundo premio de relatos en el XII Certamen Literario de Relato y poesía Alfambra 2018, convocado por el Grupo Literario Cultural Alfambra. Dos amigos de la infancia se encuentran. Salvador es una persona totalmente normal con una vida normal. Benito, un escritor de reconocido éxito que ha convertido a su amigo en un héroe de novela...

El tablero de Oui-ja. Regreso a casa.

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  Marta se ha enterado que en su pueblo ha habido un crimen machista. Un malnacido ha matado a su mujer con un cuchillo de cocina mientras ella dormía la siesta. Luego llamó a la policía, les dijo lo que había hecho y se ahorcó. Una vez repuesta de su dolencia se dispone a regresar de vuelta a casa, donde les espera una sorpresa.

El tablero de Oui-ja. La sospecha.

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  Marta se ha dado cuenta que el mensaje de la Oui-ja desde sus primeras letras, no es ninguna broma: nadie de los que estaba allí sabía que su madre, cuando quería mostrarse cariñosa con ella la llamaba Natita. Marta no consigue llegar al diván, antes cae desmayada.