La puta madre


Del primero de los “apalabraos” por el proxeneta  ha conseguido obtener por su único vástago el doble de lo que calculaba.



 

Madre e hija, recostadas en la barra.

Puta la vieja y puta, que se inicia en silencio, la hija. Ni se miran, ya se lo dijeron todo.

La madre tiene purgaciones y hace tiempo que no se ocupa. Pero el chulo aprieta y ha tenido que sacar a la niña al mercado, por ver si le cambian las tornas.

La chiquilla cumplió ayer los dieciséis.

No es virgen, aunque nunca cobró.

Hoy cobrará varias veces por perder una inexistente virginidad.

Del primero de los “apalabraos” por el proxeneta  ha conseguido obtener por su único vástago el doble de lo que calculaba.

Pasada una hora llegó el segundo.

Ese rostro, esos andares, ese tatuaje la estremece…

La lozanía de su hija consigue arrancarle aún más cuartos que al anterior.

Cuando entran, la puta madre se santigua.

Malo será que quien embarazó a la madre, preñe a la hija.




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