Otro déjà vu ..., pero con ginebra


Este es mi segundo déjâ vu... El primero, por si no lo has leído o no lo recuerdas, le tienes justo debajo. En este segundo viaje al pasado, la ginebra corre a raudales. No puedo desvelarte más. Si quieres placar tu curiosidad, no te quedará más remedio que empezar a leer:




https://albertogimenezprieto.com/deja-vu/



“La boda de que te hablo, había llegado precedida por un notable escándalo que no cesó ni aun cuando se supo de mi asistencia, la del párroco, que trataba de ahuyentar la cualidad de pecado que a la boda le querían achacar los vecinos más rancios del lugar.”





Los dos sacerdotes católicos se encontraron a las puertas del obispado.



El más joven, que combinaba una clériman gris, por decoloración delnegro original, con unos pantalones de pana negros y un jersey gris verdoso de hechuras militares, tenía trazas de proceder de una parroquia rural y su compañero de aspecto más urbanita vestido con un impoluto traje gris de Adolfo Domínguez que enmarcaba una camisa sacerdotal de un gris que parecía diseñado para aquel traje, le escuchaba. Este último daba la impresión de tratarse de un intelectual,aunque quizás esto último solo se debiera a las gafas de pasta que usaba.



El rústico, sin ahorrar aspavientos le contaba a su compañero un hecho que le había sucedido la semana anterior en su rural parroquia y por el que acudía al obispado.



“La boda de que te hablo, había llegado precedida por un notable escándalo que no cesó ni aun cuando se supo de mi asistencia, la del párroco, que trataba de ahuyentar la cualidad de pecado que a la boda le querían achacar los vecinos más rancios del lugar.”



“Eso sí, aclarando que las normas de su iglesia me impedían celebrar la ceremonia religiosas porque la novia se casó anteriormente por la iglesia y se había divorciado por el juzgado.Muchos de los vecinos siguieron escandalizados porque alguien que se había casado hasta que la muerte los separara, contrajera nupcias de nuevo sin que su anterior marido hubiera fallecido.”



“—¿Qué quieren que haga? ¿Quieren que mate a mi ex? —Comentaba Ana, la novia.”



“—No te sulfures, cariño, lo importante es lo que pensemos nosotros dos, que somos los que se van a casar—le respondía Arturo, su futuro marido.”



“—Sí, si el cabreo no va por ahí… es que va a resultar una boda desustanciada, la mitad de los invitados han excusado su asistencia y al final seremos cuatro gatos… y con todo lo que hemos encargado al del catering.”



—Creo que no debiste asistir a ese acontecimiento. ¿Lo consultaste con el reverendísimo? —le objetó el sacerdote urbano a su compañero.



—Si no asistía solo conseguía que aquella pareja se fuera alejando cada vez más de nuestra iglesia y con ellos los que pensaban igual… la gente más joven… el futuro de nuestra iglesia.



—Pero tu presencia entraba en contradicción con las normas de la santa madre iglesia y de nuestro obispo… y además escandalizaba a los cumplidores de los mandatos eclesiales.



—Es una responsabilidad que creí debía asumir y ahora vengo a informar al señor obispo de un suceso que se dio durante la boda. Pero te sigo contando. Eso no era lo importante de aquel evento…



“—Si lo que te preocupa es que haya que tirar la comida, tengo la solución: podemos invitar a los amigos de mi hijo, a esos que están acampados al otro lado de la isla. Esa gente joven tiene un saque que ya…”



“—Si ya sé a quienes te refieres, son esa pandilla que bebe los vientos por el hijo de María… por cierto, ella sí que viene. Pero a mí, invitar a esos chicos me da un nosequé, aunque sean amigos de tu hijo, ya sabes que se dedican a la magia y la brujería.”



“—¡Quita mujer! ¡Que brujería! Son aficionados a los fenómenos paranormales…”




Acudió también aquel grupo de chavales preocupados por la parapsicología. Con ellos la celebración pareció adquirir algo más de prestancia de la que le vaticinaron los vecinos intransigentes que en aquel momentos se dedicaban, no solo a criticar a la pareja de recién casados, sino también a mí por no haberlos fulminado con un rayo divino. 




“—Bueno lo que sea, pero a mí me dan yuyu todas esas cosas que hacen,¿Qué quieres que te diga?  Mira que si a mitad de ceremonia empiezan a salir fantasmas, no quiero ni pensarlo…”



“—Mujer, si los invitamos vendrán aquí a comer y a beber. Sus aficiones se las dejaran para cuando vuelvan a sus tiendas.”



“—Sí tú lo dices…pero si quieres los invitamos… cualquier cosa antes que ver las sillas vacías.”



“—Pues no se hable más, luego les mando recado para que vengan mañana.”



“La ceremonia civil se celebró en la misma isla fluvial en que habían dispuesto el catering, que la ofició un concejal, que se encontraba entre los invitados asistentes, dado que en el último momento la alcaldía alegó unas goteras en la sala que empleaban para estas ceremonias y por tanto la imposibilidad de celebrarla en la misma. Yo estuve presente, procurando no llamar la atención para que luego no me la llamasen de aquí —con la cabeza señaló el obispado—. Acudió también aquel grupo de chavales preocupados por la parapsicología. Con ellos la celebración pareció adquirir algo más de prestancia de la que le vaticinaron los vecinos intransigentes que en aquel momentos se dedicaban, no solo a criticar a la pareja de recién casados, sino también a mí por no haberlos fulminado con un rayo divino. No te puedes hacer una idea de lo que unos cuantos jóvenes son capaces de animar una fiesta. Y no eran muchos,solo trece… trece y sus respectivas o al menos las que les acompañaban en la ocasión… tampoco hay que ser demasiado exigentes cuando se trata de juventud…También invitaron a los seguidores de los muchachos, en total unas cien personas que suplían cumplidamente a los sesenta que excusado su asistencia.”



—Claro, que también beberían como jóvenes



—Por supuesto y a eso voy,  la juventud… bueno los jóvenes y los que no éramos tan jóvenes, a todos nos dio por el gin-tonic, pero el auténtico, sin tantas marico… sin tantas tonterías como les ponen ahora y pasó lo que tenía que pasar, que la ginebra se acabó, a pesar de que las previsiones del encargado del catering habían sido prudentes. Pero al parecer se habían perdido tres cajas.  Y ahí viene lo curioso.



Los del catering dijeron que tardarían más de tres horas entre ir a su base a por la ginebra y volver, por lo que esa opción estaba descartada.



“—Arturo, ¿por qué no llamas a Sebastián y que nos mande la ginebra que haga falta?, aunque haya sido uno delos que nos dejó colgados.”   



Así lo hizo Arturo, tragándose su orgullo, pero el resultado no mejoró la situación. Sebastián le manifestó su voluntad de complacerle, pero dijo que resultaba imposible, porque la única barca de que disponía el municipio, para enlazar con la isla, al volver del último viaje con los invitados de la boda dejó de funcionar y en ese momento estaban revisando el motor. Los augurios no eran demasiado optimistas, por lo que se había requerido a un municipio vecino para que fueran ellos los que enviaran su barca a recogerlos a la isla. Cosa que aun tardaría en realizarse puesto que el barquero del pueblo vecino, al saber que ese día no tendría faena, se lo había tomado festivo y no podían localizarlo.  




En ese momento María, una de las invitadas se dirigió a su hijo Jesús, el cabecilla del grupo de los estudiosos de lo paranormal y le dijo:


“—Jesús, hijo, se han quedado sin ginebra.”


“—Pero madre, no debo descubrir todavía mis poderes…”




Los ojos de todos los invitados no se apartaban de Arturo y el nerviosismo se iba apoderando de todos nosotros… si no hubiéramos tomado ninguna copa, no hubiera pasado nada, pero con el cuerpo ya entonado, hacían falta más copas… bueno eso ya lo sabes tú… bueno, es verdad, tú no…



En ese momento María, una de las invitadas se dirigió a su hijo Jesús, el cabecilla del grupo de los estudiosos de lo paranormal y le dijo:



“—Jesús, hijo, se han quedado sin ginebra.”



“—Pero madre, no debo descubrir todavía mis poderes…”



“Ella haciéndole caso omiso se agrupó a los camareros y les pidió:”



“—Haced lo que él os mande.”  



—Eso me suena— dijo el sacerdote capitalino.



—Déjame que concluya y verás como te suena mucho más —le pidió el curilla rural.



“Disponían en el catering de un total de doce cubos de esos que se llenan de hielo para mantener frío el vino o el cava. Jesús hizo que vaciaran los hielos y que agruparan los cubos.”



“—Llenad esos cubos con agua —ordenó Jesús.”



“Los camareros sin salir de su estupor se dedicaron a ir vaciando en los cubos las botellas de agua que los invitados habían arrinconado. Cuando los cubos estuvieron llenos se volvieron hacia Jesús a la espera de instrucciones, este les indicó:”



“—Ahora sacad unas muestras de lo que contienen y llevarlas a que vuestro maîtrelo cate.”



“El jefe de sala, cuando escuchó a Jesús decir que vertieran agua en los cubos de hielo se había retirado para que no lo vincularan con la broma que, sin duda, preparaba aquel joven. Ahora desde el otro extremo del improvisado salón recibió con extrañeza a los camareros que se le dirigían. Sus propios camareros  depositaron ante él una docena de copas de un líquido transparente como el agua, pero que despedía un fuerte y perfumado aroma.”



—Sigo pensando que todo eso me suena… me suena muchísimo, es como si estuviera viendo una película que he visionado muchas veces, pero no recordara el título.



—Espera y sabrás por qué te resulta tan conocido, es algo con lo que estamos muy familiarizados… —al sacerdote de provincias le resultaba extraño que su compañero no hubiera visto la similitud del caso— o debemos estarlo, por eso vengo a comentárselo al señor obispo.



“Cuando el maître probó el agua convertida en ginebra, sin saber de dónde procedía y que los camareros no quisieron aclararle por miedo a enfrentarse a una bronca, hizo llamar a Arturo.”



“Cualquier anfitrión sirve primero los buenos licores y cuando ya han bebido mucho y no pueden distinguir lo que se llevan a la boca,sirven el de inferior calidad. Y sin embargo tú has reservado la mejor ginebra para ahora que ya están todos medio piripis.”



—Lo que te digo, todo eso me suena como si lo acabara de vivir, como un déjà vu como si fuera algo que hubiera escrito yo… por cierto, como sabrás acabo de publicar unos profundos comentarios sobre los evangelios de San Juan del que soy especialista… pero si has oído algún bulo por ahí no hagas a los que dicen que son trabajos de mis alumnos. La gente no sabe qué inventar para desprestigiar a quien envidian.



El sacerdote rural ya no tenía muy claro si le interesaba seguir contándole a su compañero la prodigiosa historia que había acaecido ante su presencia, aquel friki parecía estar bastante desorientado y se decía especialista en el evangelio de San Juan…     



“La fiesta siguió sin que nadie, aparte de los seguidores de Jesús, repararan en lo que este había hecho, lo que sirvió para consolidar su vinculación con Jesús, al que dieron en llamar el maestro”



“La fiesta siguió hasta muy avanzado el día siguiente cuando un ferry vino a recoger a los juerguistas. Junto a él llegó una patrullera de la guardia civil que tras identificar a  Jesús lo detuvo por  delitos contra la salud pública.”



—Ahora está claro porque me sonaba tanto, sin duda lo habré visto en alguno de los telediarios.



El sacerdote rural no pudo evitar quedarse con la boca abierta, mientras su interlocutor se preguntaba porque lo miraba de aquella forma.    





Un asunto más


ALBERTO GIMÉNEZ PRIETO
"Lumbre"



Portada de la novela Un asunto más, de Alberto Giménez Prieto

¿De qué va?



Un abogado valenciano,  sin saberlo él mismo y a través de un divorcio que le encargan, nos irá descubriendo la callada actividad de las mafias que trafican con personas. Y más concretamente, las que se dedican a transportar la mano de obra subsahariana o el tráfico de mujeres procedentes del este de Europa, a través de intricados procedimientos. Dos muchachas, voluntarias de una ONG, tratarán de desenmascararlas, sin importarles el riego que corren. En esta novela se cruzan la corrupción, la violencia de género y sobre todo la sorpresa. 



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