Maltrato




Disculpaba siempre sus brutalidades con la misma cantinela: no volverá a pasar, estoy arrepentido, no sé cómo pude hacerlo. ¿Verdad que me perdonas?
No aguantaba más, había excedido mi paciencia, ya no creía sus excusas, ni sus reiteradas promesas de enmienda. No podía permanecer de continuo en guardia para evitar que vulnerara mis principios. Estaba harta, me sentía indefensa, humillada, ante aquella conducta tan vulgar, machista y pedeste.
Era un proceder imperdonable en cualquiera, pero especialmente despiadado cuando provenía de alguien con un bagaje cultural como el suyo, no podía comportarse como un gañán… como un rufián barriobajero, sin el mínimo respeto a mi persona, golpeando mis más hondas convicciones. No le consentiría que lo repitiera. Estaba decidida a abandonarlo. Era cuestión de supervivencia: o él o yo.
Le lance el ultimátum ante nuestro consejero matrimonial.
—Si vuelves a emplear el excelente brandy de reserva, que papá nos envía por navidad, para hacer carajillos pediré el divorcio.




Un asunto más

ALBERTO GIMÉNEZ PRIETO
"Lumbre"


Portada de la novela Un asunto más, de Alberto Giménez Prieto

¿De qué va?




Un abogado valenciano,  sin saberlo él mismo y a través de un divorcio que le encargan, nos irá descubriendo la callada actividad de las mafias que trafican con personas. Y más concretamente, las que se dedican a transportar la mano de obra subsahariana o el tráfico de mujeres procedentes del este de Europa, a través de intricados procedimientos. Dos muchachas, voluntarias de una ONG, tratarán de desenmascararlas, sin importarles el riego que corren. En esta novela se cruzan la corrupción, la violencia de género y sobre todo la sorpresa.


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